jueves, 7 de febrero de 2013

LA POBREZA EN MÉXICO

El tema de la pobreza es muy complicado de analizar porque hay ya muchas ideas preconcebidas y porque incluye juicios de valor que suelen ser muy rígidos. Sin embargo, lo relevante debería ser tratar de entender lo que ocurre en la realidad para ver cómo podemos transformarla en la dirección que nos parezca conveniente. Por eso mismo, utilizar los datos de pobreza para criticar gobiernos no resulta muy útil, aunque es deporte nacional. Se puede, por ejemplo, afirmar que bajo el gobierno de Calderón la pobreza se ha incrementado en poco más de 12 millones de personas, si usted quiere descalificar al presidente, o a su partido. Pero si gusta hacer lo contrario, entonces puede decir que desde que el PAN gobierna en México la pobreza se ha reducido en tres millones de personas, mientras que la población ha crecido 17 millones, es decir: los gobiernos del PAN han sacado de la pobreza a 20 millones de personas.
Las dos afirmaciones son correctas: de 1998 a 2010 efectivamente 20 millones de mexicanos han salido de la pobreza, y de 2006 a 2010, la pobreza se ha incrementado en 12 millones. Incluso podría decir que el record lo alcanzamos en 2006, cuando menos de 43% de los mexicanos, 45 de 106 millones, vivían en pobreza. Con algo de creatividad hasta podría decir que buena parte de ese récord se debe a los programas sociales del PRD en el DF, aunque eso ya sería excesivo.
Lo que me interesa recalcar es que el uso político de los datos de pobreza permite lo que usted guste, y aunque sea atractivo para quienes ya tienen una orientación definida, para quienes estamos interesados en el problema en sí, no nos ayuda.
Lo que sí ayuda es la información de CONEVAL, que permite evaluaciones profundas de lo que está ocurriendo en México. Para no confundirnos, le recuerdo que este organismo hace una evaluación múltiple de la pobreza. No se basa sólo en el ingreso, sino que además utiliza otras cinco variables relevantes. Se mide el acceso que tiene la población a satisfactores fundamentales: educación, salud, seguridad social, y la vivienda en dos dimensiones: su calidad y espacio, y los bienes que en ella se tienen.
Es de gran importancia el uso de estas seis dimensiones, porque de otra manera no se puede entender bien el fenómeno. Si nada más usa usted ingreso, se corre el riesgo de calificar como NO pobre a alguien que supera los niveles de ingreso definidos como pobreza, pero que no tiene acceso a salud o educación, o que vive en condiciones deplorables. La pobreza urbana suele tener este tipo de circunstancias.

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